Fernando Zevallos de 'La Tarumba': “No soy un talentoso para el circo, soy un bruto para el resto de las cosas”
Cuando
la pasión nos domina, la felicidad se vuelve una constante. El dedicar toda una
vida al circo y tener al Perú como eje central de un espectáculo se ha
convertido en un ‘sueño’ del que Fernando Zevallos no quiere despertar. Estar
al mando de La Tarumba es más que un trabajo, es dar la oportunidad a otros
para que puedan demostrar sus habilidades artísticas. Este 2017, presenta
'Bandurria', su renovado show.
Crear
el espectáculo de La Tarumba, en 1984, lo hizo replantear el concepto de circo
en nuestro país. 30 años después, se mantiene firme en su objetivo de hacer que
los peruanos asuman como propias todas las expresiones culturales que, en el
camino, se han dejado de lado.
“En el
caso de La Tarumba, la tenacidad, la constancia, la pasión por el circo y por
el teatro creo que han obrado casi, diría yo, un milagro, si fuera creyente.
Soñábamos, desde un inicio, con la carpa, con trascender y llegar a más gente.
Ahora que hago una revisión a lo largo de los años, por más que una vez haya
soñado con un momento así, creo que la realidad está superando los sueños”,
comenta Zevallos.
Muchos
califican a las danzas como 'pintorescas' y 'coloridas' pero son mucho más que
eso. Detrás, existe una riqueza histórica de la cual no todos somos aún
conscientes.
"Quisiera
que el público valore esas expresiones peruanas por su calidad artística, por
su calidad creativa, por su filigrana, para utilizarlo como metáfora. Porque la
elaboración de los vestuarios ya son obras de arte, la música, el canto, las
danzas, son resultado no de una moda sino de algo que se ha moldeado a lo largo
de miles de años", agrega.
“Sería
un pecado no tomar como inspiración al Perú cuando nos ofrece una variedad y
riqueza de expresiones artísticas que ya quisieran tener en otros países”,
sostiene enérgicamente
Presentar
un espectáculo basado en el folclore peruano puede parecer un riesgo. Gran
parte del público actual no acostumbra llenar los teatros cuando se presenta un
grupo de bailarines de Huaylas o Marinera. Algunos empresarios optan por hacer
prevalecer el entretenimiento sobre la cultura, con tal de obtener las
ganancias estimadas. Fernando decidió ir contra la corriente.
“Nunca
lo consideré que el show sea un riesgo, pero es cierto que cuando se crea la
Tarumba, en un inicio, la gente no exteriorizaba su orgullo por lo peruano.
Felizmente no fue el caso de los actores que me acompañaron. En el primer
espectáculo 'La piedra de la felicidad', la música eran valses, marineras,
festejos, tonderos. Eso llamó la atención y a partir de allí el público comenzó
a despertar su curiosidad por ese joven grupo de payasos en ese momento”,
agrega emocionado.
A
pesar de gozar con reconocimiento del gremio extranjero, Fernando Zevallos no
tiene como meta principal triunfar en el exterior o hacer extensas giras por el
mundo, al contrario, él quiere ser 'profeta en su tierra' y demostrar que
podemos ser capaz de ‘pensar en grande’.
"Me
parece más importante, primero, trascender en tu propio medio y trabajar
realmente por destacar los valores que tenemos como cultura peruana. Para mí,
ese es el principal reto, desde el circo. Creo que, con trabajo y
responsabilidad, los peruanos vamos a poder ver expresiones nuestras teniendo
éxito en los principales escenarios del mundo, confío en eso. Si me toca a mí,
la pasaré bien y si no, si le toca a otro, lo celebraré", precisa.
Fernando
Zevallos no puede concebir la idea de vivir alejado del circo. Dedicarse en
cuerpo y alma al arte es lo mejor que sabe hacer o, como él lo menciona, 'es lo
único'.
“No
soy un talentoso para el circo, soy un bruto para el resto de las cosas. No sé
hacer otra cosa y soy feliz haciendo esto”, finaliza entre risas.
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